José Vicente Pachard, director del Instituto de Medicina Legal, afirmó que la autopsia practicada a Tovares reveló que estaba vivo cuando fue atropellado.

El cadáver tenía lesiones de trauma mecánica, que eran compatibles con el atropello. Además, signos de haber estado maniatado y con rastros de cinta adhesiva en la cara y la cabeza. El cuerpo de Tovares tenía un tiro en la nuca y dos en la parte alta de la espalda, pero se mantenía con vida hasta que lo arrollaron.