Crearon su propia fuente de empleo. Toda la familia se ha unido para ganarse el sustento diario y el esfuerzo ha dado sus frutos.
El chiricano Joaquín Santos, de 22 años; su cónyuge María Dolores Gallegos, de 25 años; su cuñada Carla Xiomara Gallegos, de 29 años, y sus hermanos Mateo y Florentina Santos, de 25 y 18 años, respectivamente, son los encargados de trabajar en el puesto de venta de frutas, ubicado frente a la entrada de la urbanización El Bosque, en la Tumba Muerto.
Según Joaquín, él tiene unos 3 años de vivir en la capital, laboró por dos años en una empresa privada y quedó cesante. Por eso, hace 7 meses empezó con sus familiares a vender naranjas.
Poco a poco, con el favor de Dios, el negocio fue prosperando, hasta que han ido incrementando las frutas y ahora venden variedad, calidad y a buenos precios.
Desde las 4 de la madrugada están en el Mercado de Abastos comprando la mercancía para traer al puesto, donde inician las ventas desde las 6 de la mañana y terminan casi a las 7 de la noche.
Joaquín señaló que hasta el momento les ha ido bien, pues siempre sacan algo para la comida y vestirse, que es lo más importante.
Los días de menos movimiento son los lunes y miércoles. Es un trabajo que es duro, cansa mucho levantarse de madrugada y llegar de noche a casa, pero son conscientes de que deben luchar por conseguir el sustento diario.
Aún no saben qué harán en temporada de invierno, porque es el primer año que se dedican al negocio y las lluvias no serán un punto a favor para vender.
A ellos les gustaría obtener un local más grande para incursionar en una micro empresa que beneficie a toda la familia, como hasta ahora ha sucedido. Quieren progresar un poco más, todo por el bien de la familia.
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