Lo que significa que un mal funcionamiento del organismo hace que la epidermis esté sucia y pierda su frescura. Además del tiempo, numerosos agentes externos atacan la salud de la piel: el humo del tabaco, la contaminación, los cambios de temperatura, el estrés, la falta de sueño y la mala alimentación contribuyen a acelerar la pérdida de su salubridad. Por lo tanto, todas estas situaciones deben atenderse temprano para evitar consecuencias.