Las oraciones en alta mar ante un Cristo confeccionado con hilo de nylon les concedieron el milagro a los tres pescadores, quienes luego de 30 días fueron rescatados en Coiba sanos y salvos.
Rigoberto Vega, Oliver Rodríguez y José Pinilla, los náufragos, con lágrimas en sus ojos, confesaron jamás haber pensado que regresarían a sus casas en Rincón Largo de Montijo.
Pasaron 30 días a la deriva, se alimentaban de peces que atrapaban para comer su carne y beber la sangre que les servía como agua. En los días más críticos, como un mensaje de Dios, cayeron dos aguaceros y recogieron agua.
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