"El congo tiene que salir de espalda, por usar su vestimenta al revés; se pinta la cara de negro y usa muñecos viejos", así nos explicaba Ismael Taylor, quien ha aprendido todo lo referente a los congos y a los diablos, gracias a su abuelo, quien se dedicaba a bailar diablo.
Los congos y los diablos son una tradición y una costumbre de la provincia de Colón; para los colonenses, forman parte de su idiosincrasia, es algo que respetan, valoran y defienden.
Tratando de promover y de divulgar esta costumbre, se realizó el V Festival de Diablos y Congos de Portobelo.
LA ANTESALA
Al llegar al Parque de Portobelo, frente a la Real Aduana, sólo faltaba el carro cisterna y es que el ir y venir de la muchedumbre y la música, daba la impresión que se estuviera viviendo un carnaval.
En el parque y sus alrededores, los puestos de venta no escatimaban en artesanías y muestras del arte culinario de esta región del país. Había saus, arroz con coco, pescado en todos sus estilos y más. ¡Qué ricura!
Para los niños la diversión no faltó y es que había globos saltarines por doquier. Todos estos elementos daban parte de la Feria Artesanal y Gastronómica.
ARTE CONGO
Todo aquel que llegó a Portobelo, sólo iba con el objetivo de disfrutar de los congos y los diablos. Pero como la riqueza de esta cultura es enorme, varios artistas se inspiraron en ella para darle vida a la exposición "Rastro de diablo y congo" de Cesáreo Young y "Lenguaje corporal" de Damaris Montiel.
UNA MUESTRA SINGULAR
A las 2:00 p.m. en punto empezó el espectáculo esperado por todos, cuando aún el astro rey estaba en todo su apogeo y no daba tregua. Grandes y chicos esperaban y cuando se anunció la entrada de los diablos, la emoción inundó a propios y extraños.
Los pitos, los cascabeles y los gritos inundaron el Fuerte de San Jerónimo cuando la primera delegación hizo su entrada. Los Diablos de Santa Rita, Nombre de Dios y Palenque danzaron sin césar, girando su cabeza de lado a lado para demostrar su poder; sus gemidos nunca pararon y a algunos los llegaban a atemorizar, pero no a los más chicos.
En una acción casi contradictoria, los pequeños sonreían de la alegría y suspiraban por un roce con los diablos. Mientras, un hombre en el público gritaba ¡Viva Dios, viva Dios!
Durante las presentaciones, una de las delegaciones más aplaudidas fue la de Nuevo Colón y es que las máscaras de sus diablos eran impresionantes.
HOMENAJE
Este año la quinta versión del Festival de Diablos y Congos de Portobelo estaba dedicado a Celedonio Molinar.
Molinar, oriundo de Nombre de Dios, fungió por más de 20 años como el "Diablo mayor" de Portobelo.
La actriz Ileana Solís, primera mujer en vestirse de "diabla" y discípula de Molinar, fue la encargada de recordar y exaltar a este hombre, quien precisamente, nació un 3 de marzo de 1916.
Cuenta la historia que todos los miércoles de Ceniza, Celedonio cruzaba la bahía, se internaba en las ruinas y cuando salía, era el "Diablo Mayor".
UN ARTE, UNA DANZA, UNA TRADICION...
Para aquellos que no conocen sobre esta costumbre, les explico que los congos y los diablos están ligados los unos con los otros. Los diablos no representan a Satanás, sino a los españoles, a la opresión que ellos representaban en los tiempos coloniales.
Los congos son los negros esclavos.
Todos los Miércoles de Ceniza, salen los congos a atrapar diablos, en especial, el Diablo Mayor. Al capturarlos los bautizan y los neutralizan.
La danza congo está enriquecida con varios personajes: está el Rey, la reina, los ángeles, el pajarito, los plebeyos y más.
Durante el espectáculo, los diablos danzan al son de los cantos y los tambores de los congos, mientras los congos remenean sus caderas de atrás hacia adelante y revolotean alrededor de los diablos.
UNA FIESTA GRANDE, UN PUEBLO CHIQUITO
Con todo y que el Festival de Diablos y Congos sólo tiene cinco años de estar realizándose ha tomado popularidad entre panameños y extranjeros.
A medida que se acercaban las dos de la tarde, Portobelo se iba llenando más y más; no dejaron espacio ni para el clásico alfiler. Las vías quedaron convertidas en una, pues a ambos lados de éstas era el lugar perfecto para estacionar; así se iba toda la carretera kilómetros antes de llegar al pueblo, por lo que el tranque no se hizo esperar.
Al llegar el pueblo, te dabas cuenta de que el terreno de cada casa servía como estacionamiento. De modo que ya es hora, y si se tiene pensado que el Festival tome más auge, se tome en cuenta acondicionar las infraestructuras (carreteras y hospedajes).
La exposición pictórica y de esculturas de Cesáreo Young y Damaris Montiel estará abierta hasta el 3 de abril, en el Centro de Facilidades Turísticas del IPAT en Portobelo.
El Festival de Diablos y Congos es el evento que aglutina más personas, después de la celebración del Cristo Negro de Portobelo.
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