Sus ojos irradian inocencia, mientras que sus delgados cuerpos reflejan la pobreza en la que viven.
Bajo los rayos del sol, en la comunidad de Soloy, comarca Ngöbe Buglé, un grupo de indígenas hace fila para que los médicos revisen a sus hijos, la mayoría de estos niños están desnutridos.
Madres embarazadas retiran el complejo alimenticio para ellas y sus hijos; esto es parte de un programa de prevención.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Panamá el 20.6% de los menores de 5 años sufren de desnutrición severa, la cual ha ido en aumento desde 1992. Las áreas más afectadas son las comarcas indígenas.
Una de ellas es la comarca Ngöbe Buglé, donde además del hambre, el analfabetismo, el desempleo, la mala cobertura de los servicios de salud y demás se suman a la realidad causada por la pobreza extrema.
Este mal en las áreas indígenas se debe a múltiples factores, no solo a la mala alimentación, sino que es más complejo, explica la nutricionista Odalis Sinisterra, jefa del programa de salud nutricional del Ministerio de Salud.
Según la encuesta Niveles de Vida, la desnutrición crónica llegó a 57.9% en las comarcas indígenas, un 25.8% en los campos y 29.3% en las ciudades.
Como toda enfermedad, la desnutrición afecta enormemente al desarrollo de nuestros niños. Falta de tamaño, la ceguera y la poca capacidad de aprendizaje son algunas de las consecuencias de este mal.
¿QUE SE HACE?
El Gobierno Nacional tiene varios programas para el combate de la desnutrición. Uno de ellos es el Programa de Salud Nutricional del MINSA, el cual tiene un presupuesto de 3 millones de balboas. Un millón es destinado a la alimentación complementaria, que comprende la entrega del nutri-cereal.
Sólo para la Comarca Ngöbe se destinó un millón de balboas, ya que es un área con altos niveles de desnutrición y es prioritaria para el gobierno.
Además, se entrega vitamina A, se realiza la campaña de desparasitación masiva, que es 3 veces al año. Éste es para niños de 2 a 5 años y para niños de etapa escolar.
Otra de las campañas realizadas fue el suplemento de hierro para niños de cuarto grado de las escuelas públicas del país. Ésta era dada una vez por semana, y los resultados arrojaron sólo una prevalencia en anemia del 2%.
Sinisterra explicó que, de esta manera, estos niños van a tener mejor habilidades motoras, van a estar más activos y tendrán un mayor aprendizaje.
DESDE EL EMBARAZO
Para prevenir la desnutrición en estas áreas, hay que enfocarse en las mujeres embarazadas. En cada control prenatal se les vigila el peso, y si está desnutrida se refieren al Programa de Alimentación Complementaria, en el que se les aconseja qué deben comer, se les da también el nutri-cereal y se les indica cuáles son las consecuencias de la desnutrición materna.
UN ANGEL SALVADOR
Desde hace 3 meses, Vicenta Martínez se vio en la necesidad de llevar a su hijo Fausto a la sede de NutreHogar en la ciudad de Panamá, pues en el centro de salud de Torrijos Carter lo refirieron por estar muy por debajo del peso normal.
A pesar de que ha sido un gran sacrificio dejar a su hijo en este centro, ella sabe que ahí lo van a "curar". Sólo espera con ansias el día en que su pequeño bebé de 2 años regrese a casa.
Así como Vicente, existen cientos de madres que dejan en manos de NutreHogar la recuperación de sus hijos.
Ante la creciente desnutrición que existe en Panamá, un religioso se vio en la necesidad de fundar un lugar para poder erradicar este mal.
En 1988 nace NutreHogar con la intención de recuperar niños desnutridos. Fundada por monseñor Rómulo Emiliani y un grupo de laicos que deseaba trabajar en el tratamiento de la desnutrición en Panamá.
Pero desde 1993 también se trabaja en la prevención.
PREVENCION Y TRATAMIENTO
Para el tratamiento, existen siete Centros de Recuperación Nutricional en todo el país. En éstos, se han recuperado hasta la fecha más de 5 mil niños y niñas.
La capacidad de estos centros es de 285 niños. Al año han logrado recuperan más de 500 niños y niñas.
Los pequeños reciben una atención integral que incluye: atención médica, evaluación nutricional, estimulación temprana. Es como si el niño estuviera en su propia casa.
El niño o niña permanece en NutreHogar hasta que se recupere totalmente, pero eso depende de la condición en que llegaron. El tratamiento puede durar de 3 a 6 meses.
Ellos son referidos por los hospitales, los centros de salud y de todo el país.
En cuanto a la prevención, se trabaja con los niños y niñas en ocho centros comunitarios nutricionales, ubicados en áreas de extrema pobreza.
Este proyecto se enfoca en la distribución de 7 mil galletas nutricionales por día. Esto es un trabajo en conjunto con la Fundación Sus Buenos Vecinos. Además, en estos centros hay comedores para los niños.
Así mismo, se capacita a los padres de familia en distintas áreas, como nutrición, administración para que aprendan a manejar sus recursos, de alfabetización, de higiene, de liderazgo, de salud y demás.
Los padres también ayudan en los centros. Por ejemplo, las mamás cocinan y los papás ayudan en el cultivo del huerto.
CAMPAÑA
Anualmente NutreHogar hace distintas campañas para recoger donaciones, en dinero o comida, y repartirlas a los distintos centros, ya que esta fundación realiza su causa a base de la generosidad de los panameños.
Los médicos que atienden a los niños y niñas son voluntarios.
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