Ellos atienden a los más de seis mil estudiantes que asisten a los colegios Richard Neumann, José Antonio Remón Cantera y la Escuela Profesional Isabel Herrera de Obaldía, a quienes por algún motivo se les olvida la pluma o, en la mayoría de los casos, se pusieron esa cola de cabello del color que no era, razones por las que se dirigen a estos puestos de venta ubicados a la entrada del plantel y el paso elevado.

A la mitad del puente está Andrés, quien desde hace tres años ubica un puesto de venta solo durante el período escolar.

Su inversión, según explicó, es aproximadamente de B/50.00 y la ganancia poco más del doble, lo que le sirve para pagarse su carrera de diseño.

A él los alumnos le compran plumas, lápices y hasta corbatines (de los que son parte del uniforme) en 0.35 centésimos.

Un poco más adelante de Andrés está la señora Olga, quien más que vender bolígrafos, se encarga de darle ese toque femenino a las estudiantes con las colitas, pero no cualesquiera, sino las correctas para utilizar con el uniforme. Este artículo es el más comprado y sólo cuesta 0.25 centésimos. A ella este puesto le ayuda a generar ingresos para poder sacar a sus hijos adelante.

VENDEDORES
En el área de Paitilla hay unos cinco vendedores de implementos escolares.