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Difícil decisión
Daniel Solís cuenta la experiencia a los moradores de Jaqué. (Foto: ALEXANDER OMAR SANTAMARÍA / EPASA)

Massiel Arosemena | Darién, DIAaDIA

¡Mi padre murió ahogado, ahora me toca a mí!, fue el primer pensamiento que abrumó la mente de Daniel Solís, de 25 años, cuando cayó en las embravecidas aguas de Punta Caracoles, en Darién, el pasado miércoles.

Él es uno de los 15 sobrevivientes de la peor tragedia marítima reportada en Jaqué, que cobró la vida de una persona y desapareció a otras once, que aún no son encontradas.

La aterradora idea de morir como su padre, hizo que Solís, quien es orientador del Seminario Mayor San José, de Panamá, dudara de su suerte.

Pero, pensó, "algo tengo que hacer para salvarme". Así lo relató a DIAaDIA.

De pronto, mientras rezaba el rosario volvió a perder la calma. Sus oraciones fueron interrumpidas por el gimoteo de un niño. Se trataba de Johnny Panezo, "El Negro", de cinco años.

Solís tuvo que enfrentar la encrucijada de decidir entre socorrer al pequeño o salvar su propia vida.

Pero, la desesperación de "El Negro", le hizo pensar que intentar auxiliarlo le costaría la vida a ambos, porque el niño no dejaba de zarandearse sobre los hombros de Edwin Rivas, por lo que Solís no intervino.

Luego, rostros desesperados se agolparon ante sus ojos, todos espantados porque se aproximaba un frío y colosal oleaje.

A Solís la ola lo sacudió tanto, que lo separó de los otros 10 náufragos, que nadaban con maderos y tanques, al punto de que no los vio más.

Fue ese mismo maretazo que desesperó aún más a "El Negro", y lo sumergió en las agitadas aguas de Punta Caracoles, en el Pacífico panameño.

Mientras Ilda Arboleda, sufría por la desaparición de "El Negro", su hijo del alma, el seminarista Solís nadaba en círculo, envuelto en un remolino, pero nunca perdió la fe.

De pronto, se encontraba solo en medio del mar, no sabía dónde estaba, ni qué hora era, sólo recuerda que miraba con anhelo la cordillera que se perfilaba distante, tanto que nadando nunca la alcanzaría, caviló.

Aunque sintió hambre y sed, las sensaciones que lo dominaban eran los dolores en las piernas acalambradas por la baja temperatura y las lesiones sufridas en el cuello por un ataque de medusas.

Pero, sus rezos surtieron efecto, después de nadar cinco horas y ayudarse con el respaldar de un asiento de la embarcación "La Práxedes", apareció un yate del hotel Tropic Star Lodge, de Bahía Piña y lo rescató.

LE DIERON CRISTIANA SEPULTURA
A la 1: 00 p.m., de ayer se realizaron las honras fúnebres de Nilka Pulgarín, de 13 años, en el cementerio de Jaqué. Cientos de personas acudieron al lugar, para acompañar a Ilda Arboleda, madre adoptiva de la menor, quien murió en el naufragio de la embarcación "La Práxedes".

SOBREPESO
Además de la cantidad excesiva de pasajeros que llevaban la embarcación, ayer se dio a conocer de que no contaba con los persmisos para zarpar.





   
 
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