La excesiva flexibilidad que otorgan los padres a sus hijos hoy, unida a la falta de comunicación y confianza, son factores que influyen altamente en los niños de entre 10 a 12 años, quienes exhiben o quieren asumir conductas inadecuadas o que no son propias para su edad.
Con sorpresa e incredulidad vemos niñas de 9 y 10 años, alegando que ya son "grandes" queriendo reclamar derechos de ya contar con edad suficiente como para maquillarse o vestir ropas "sexy". Hay otras un poco más osadas que plantean tener edad suficiente para asistir a "parties" cuando se presente la oportunidad.
Por otro lado, hay jovencitos de 10 años que reclaman tener edad suficiente como para tatuar sus cuerpos, vestir como adultos, ver ciertos programas no aptos para menores, escuchar música con alto contenido sexual y hasta "parrandear" con sus panas hasta pasadas las 10: 00 de la noche.
Estas conductas observadas por jovencitos preadolescentes es común, rutinario y cotidiano para muchos padres. Los niños de hoy día quieren asumir comportamientos inadecuados para sus edades, echándole mano para defender sus argumentos a la evolución de los tiempos, las nuevas costumbres, el modernismo y el libertinaje rampante que hoy existe.
Es cierto, es muy normal que los niños tengan curiosidad por hacer ciertas cosas. Lo que no resulta normal es que los padres les permitan hacer esas ciertas cosas que son inadecuadas para su edad y que no establezcan límites apropiados a la etapa de desarrollo y a la disciplina.
Lo primero que hay que hacer es conocer bien al jovencito para saber si es lo suficientemente maduro para, dentro de la interacción a la que se expone y a pesar de las presiones de grupo, está capacitado para tomar decisiones correctas y poner él mismo límite en el momento que sea necesario.
Dañamos a nuestras criaturas cuando los privamos de una sana auto percepción de las cosas. Amar a un hijo no equivale a dejarlo hacer lo que le venga en gana. Serán niños en desventaja, incapaces de tomar decisiones acertadas. Darle a un hijo todo lo que quiere no es necesariamente demostrarle el amor, sino convertirlo en un ser improductivo e infeliz.
Lo correcto es darle lo que necesitan, en el momento que lo necesitan y es el adulto o supervisor el que toma la decisión. Los padres deben y tienen que serlo en todo momento. A veces queremos ser "panas" y tan amigos de nuestros hijos que pasamos por alto nuestros roles de padres, que es lo que verdaderamente tiene peso.
Es indispensable y de suma importancia que los niños vivan a plenitud y disfruten de cada etapa de su desarrollo. Que no salte ninguna de ellas porque es parte de la naturaleza humana y cada etapa le permite adquirir experiencias y destrezas que luego les van a ser de mucha utilidad en el futuro.
Si un niño no pasa por las diferentes etapas de crecimiento que le toca en su desarrollo, no logrará ir madurando de acuerdo con su edad y su capacidad. No va a lograr adquirir las herramientas que son necesarias para lidiar con situaciones que se le van a presentar más adelante.
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