Hay muchos métodos para hacer que ese nuevo lugar de aprendizaje sea tan importante para los chicos, como el que acaban de dejar. Son de los más variados, entre ellos: invitarlos al colegio unos días antes de comenzar las clases para que se familiaricen con las instalaciones; entregarles un anuario del año anterior para que vayan conociendo las caras de sus compañeros; asignar una maestra o un compañero tutor por cada alumno que ingresa, para que pueda orientarlo.
Otras estrategias apuntan también a la integración y recomiendan enviar tarea a las casas en grupos previamente armados para favorecer la integración; sentar al "nuevo" junto a los alumnos "viejos" más abiertos y organizar un agasajo para las familias que ingresan a la institución, para que se sientan parte de la comunidad.
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