Es común decir que la vida cada vez está más difícil en Panamá. Muchas veces lo decimos tanto, que a nadie parece afectarle, pero los aumentos siguen y el pueblo no puede más. A pesar de que ya no hay huracanes que azotan a los principales suministradores de combustible en el ámbito mundial, el precio del crudo anda por las nubes. Sumado a esto, desde la canasta básica de alimentos hasta la energía eléctrica, parecen conspirar contra el bolsillo de todos, ante la mirada del Gobierno. Lo cierto es que si antes había panameños que no comían, mañana la cifra cambiará, seremos más panameños pasando páramos.