El toletero de los Gigantes de San Francisco, Barry Bonds, pasó ayer por el quirófano para terminar de corregir unas pequeñas molestias que presentaba en su rodilla derecha.
Bonds, que viajó el miércoles a San Francisco para hacerse un examen rutinario de la misma rodilla que fue operada el pasado 31 de enero, tuvo que volver a pasar por el quirófano para terminar de limpiar el menisco y evitar de esta manera las ligeras inflamaciones que había presentado en los entrenamientos primaverales.
El doctor Art Ting, responsable del primer procedimiento quirúrgico, fue nuevamente el encargado de practicar la segunda operación, y aunque no se sabe a ciencia cierta el tiempo que se encontrará de baja, su posible participación en el partido inaugural de los Gigantes en la próxima temporada está casi descartada.
|