Y es que este lugar fue el indicado para que ayer se realizara la misa de cuerpo presente de Darío Antonio Guerrero, un miembro de la banda El Pentágono, de Santa Ana, que murió la semana pasada a tiros.

Dentro de la iglesia, los familiares, amigos y miembros de la banda El Pentágono, dejaron claro su total descontento por la presencia de los medios de comunicación.

Pidieron a los comunicadores sociales que no se hicieran tomas fotográficas ni de vídeos. Y es que la muerte de Darío la relacionan con el asesinato de Jhonny Pozo, hecho ocurrido el pasado jueves en la Vía España.

Los muchachos, con sus caras "arrugadas", hacían gestos y ademanes, cuando de lejos veían a los periodistas tratando de captar las imágenes de la salida de la iglesia, luego de la conclusión de la misa.

Varios buses de lujo trasladaron a los presentes en la misa, hasta el cementerio de Corozal, donde se le dio sepultura. El ataúd fue llevado por un carro fúnebre, que era escoltado por un vehículo particular, un taxi y dos patrullas con varios policías a bordo.

En el cementerio también hubo una notable presencia policial. Por medio del pastor Herminio Rivera, quien trabaja fuertemente con las pandillas en la capital, se logró captar algunas vistas fotográficas, pero obviando los rostros de los presentes.

Rivera invocó una oración en honor a Darío, destacando que este joven había manifestado sus deseos de seguir el camino de Dios.

Todos oraron, levantaron la mano al cielo y le pidieron a Dios que el alma de Darío descanse en paz.

Sus familiares no pudieron contener las lágrimas.

La mayoría de los presentes arrojaron rosas blancas y rojas al ataúd de Guerrero cuando lo estaban enterrando.

Y así, sin mayores contratiempos, terminó el sepelio de este joven, residente en calle 15 Santa Ana.

BUSQUENLO
Rivera pidió frente al cuerpo de Darío, que todos los presentes buscaran de Dios.