Un deporte que es pasión. Hoy los corazones de los panameños latirán al son de cada toque de balón de nuestra selección.
El choque frente a México es crucial en esta eliminatoria, y más cuando se trata de cerrar la herida que dejó el partido frente a Costa Rica. Nuevamente la historia nos pone a bailar con la más fea.
Todo Panamá sabe que México no es fácil, es la potencia del área y está pasando por un buen momento, pero una pequeña luz de esperanza se enciende en cada hogar panameño.
De que se les puede ganar, no lo niego, porque son seres humanos como nosotros, pero si nos quitamos la camiseta de la selección, veremos que las posibilidades de victoria son mínimas en comparación a las que teníamos en el partido frente a Costa Rica. Pero hoy, nuevamente el fútbol nos une con una sola misión: acercarnos un poquito al Mundial de Alemania 2006. Estoy seguro de que si nuestra selección juega como jugó en Costa Rica, y si nos metemos en juego los 90 minutos y más, todas las esperanzas no se han perdido, y si a Costa Rica le sucedió un milagro, ¿por qué a nosotros no?
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