Gabriel Gómez, cabo de la Guardia Permanente, manifestó que el carro tiene 10 años de funcionar y cuando lo utilizan para las emergencias más es lo que bota agua que lo que lleva. "Claramente, la ley estipula que los carros deben tener una vida útil de cinco años y el de nosotros sobrepasó el tiempo", afirmó.

ENTRE LO POCO
El camisa roja aseguró que también tienen problemas con la alimentación de los bomberos, porque la semana pasada tuvieron que poner plata para comprar comida.

Unas cuantas cebollas, ajíes, apio, arroz y menestras conforman la despensa de los bomberos. Un enorme refrigerador que sólo guarda agua y uno que otro refresco, y un congelador que tiene unas cinco libras de carne o pollo, comida que les debe durar hasta mañana, es lo que hay. Pero Gómez teme que no alcanzará, porque tienen que ver cómo racionalizan la porción para que le toque a cada uno un poquito. "Son tres turnos y en cada uno trabajan seis bomberos permanentes y cuatro administrativos, porque a los voluntarios ni comida les toca", explicó.

Pero, en medio de las adversidades ellos hacen su trabajo lo mejor que pueden, prueba de ello fue que durante la entrevista, una llamada entró para informar de un fuego, por lo que tuvieron que dejar de cocinar el arroz y los frijoles para cumplir con el deber.

CERRADOS
Además del cuartel de Juan Díaz, los de Howard, Clayton y Corozal se mantienen cerrados.