Sueños truncados. Yarima Sosa, de 15 años, esperaba con entusiasmo iniciar clases en el IV año del Primer Ciclo Simón Urbina, en Arco Iris de Colón, pero falleció antes de lograrlo cuando quedó en medio de un tiroteo entre pandillas.
Fue un disparo el que recibió en la cabeza cuando estaba en el sector de El Valle en Puerto Escondido, en Cristóbal. La balacera ocurrió a eso de la 1:00 a.m. y, según vecinos del área, se escucharon muchas detonaciones producto del fuego cruzado. Cuando pasó, se percataron de que habían caído dos jóvenes, Yarima y Francisco Brown, de 16 años, quien fue impactado dos veces en la pierna. Su condición es estable.
Una familia cristiana en el sector de El Crisol llora la partida forzosa de Yarima y no logran comprender por qué hay tanta violencia, así lo expresó su tío Manuel Moreno, que dijo que la juventud tiene que buscar más de Dios.
"Mi sobrina era una joven que todos la querían por ser cariñosa, y cayó como una víctima inocente de la violencia", recalcó.
A pesar de que Yarima fue trasladada primero al Hospital Manuel Amador Guerrero, murió llegando al Hospital Santo Tomás en Panamá.
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