En un día como hoy, pero en el año de 1965, en cafés, parques, barberías, mercados y tiendas, es decir, en todas partes de Panamá, el plato fuerte era el combate que iban a protagonizar el campeón mundial Ligero, el puertorriqueño Carlos Ortiz y el ídolo de los istmeños, el colonense Ismael Laguna.
Lo que venía era una verdadera batalla campal, debido al historial impresionante de ambos gladiadores.
Laguna presentaba récord de 38 victorias, con 25 nocauts y 2 empates, mientras que Ortiz registraba 44 triunfos, de los cuales 17 habían sido por la vía rápida, con 4 descalabros. El boricua también había salido airoso en sus cuatro defensas de su cetro mundial.
LLENO A REVENTAR
El escenario para esa batalla histórica no podía ser otro que el Estadio Olímpico Juan Demóstenes Arosemena.
Desde las 6:00 de la tarde, según lo que publicó en esa época el diario Crítica, el coliseo se encontraba completamente lleno en sus graderías principales, las cuales resultaron pequeñas para dar cabida a la marejada humana que lo invadió totalmente.
CONCIERTO DE GOLPES
Lo que pasó en esta batalla épica no la pudo haber resumido mejor el difunto periodista Alfonso Castillo en su columna deportiva "De aquí y de allá".
"Si los 13 mil y tantos aficionados que acudieron al Estadio Olímpico no han presenciado alguna vez un concierto de música clásica, en el ‘Music Hall’ de Nueva York, pueden ya sentirse complacidos, porque Ismael Laguna ofreció una verdadera sinfonía de guantes frente a Ortiz y lo destronó del sillón peso Ligero del mundo, al vencerlo por decisión de dos jueces, fallo que debió ser unánime luego de los 15 interesantes rounds disputados".
HISTORIA SAGRADA
El colonense Ismael Laguna se convirtió en el segundo panameño en conquistar un campeonato mundial de boxeo. El primero fue Alfonso Teófilo "Panamá" Al Brown el 18 de junio de 1929.
"El Tigre Colonense" también entró en los anales de la historia como el primer panameño en conquistar una diadema mundial en territorio patrio.
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