Él basa su éxito en que en su finca no se utiliza una sola gota de químico, pues todo lo que allí se siembra y se cosecha es orgánico.

“Entendí hace mucho tiempo que los bosques son lo más importante y que en vez de sacarle al medio ambiente debemos tenerlo como un aliado” comentó este productor de cacao.

HERENCIA FAMILIAR
Su finca está ubicada en la comunidad de Charare, en la provincia de Bocas del Toro, y fue iniciada por su padre, quien le ha enseñado todo lo que sabe acerca de este fruto.

Expresó que tiene 600 árboles por hectárea que le producen unos 25 mil quintales, lo que le deja muy buenas ganancias para mantener a su familia.

TODO ES NATURAL
Agrega que con este sistema orgánico puede sembrar a la par del cacao, plátanos, ñames, ñampí y todo lo que se proponga, pues su finca es un verdadero laboratorio natural.

Además trabaja en conjunto con la compañía AES Changuinola, que construye una hidroeléctrica en esta provincia, capacitando a los campesinos en este tipo de fincas.

A pesar de que en 1979, se da el brote de la amonilia (enfermedad que afecta al cacao), fue uno de los pocos que no abandonaron el negocio y desde su perspectiva orgánica ha sabido contrarrestarla. Por esta razón su finca es la primera en producción de cacao en Panamá, de manera orgánica.

VISION DE FUTURO
En un futuro no muy lejano sueña con hacer un chocolate exclusivo de Bocas del Toro, pues tienen la cultura cacautera de muchos años para lograr esté cometido.

CONTROLES
Cada árbol de cacao tienen una cinta de colores y una placa que se usan para saber la clase y su producción.