A sus 65 años, Bonilla trabaja con la fotografía instantánea y la de revelado para los que quieren muchas fotos. Comentó que no tiene lugar fijo para laborar, ya que en ocasiones lo llaman para tomar fotos en ferias, fiestas, quince años y otros eventos.

Este fotógrafo relató que cuando no tiene nada en su agenda, se va a cualquier punto de la ciudad en donde haya movimiento de muchas personas, especialmente turistas, ya que "siempre hay quienes les gusta darse el lujo de una buena foto instantánea".

Contó que tiene dos hijos ya mayores y académicamente preparados, los cuales ha sacado adelante con el sudor de su frente.

Antes de dedicarse a la fotografía, Santo trabajó la albañilería y la pintura, a tal punto que se considera un profesional en ambas ramas.

"Una vez que me cayeron los años, las fuentes de empleo se redujeron, por eso me compré una cámara para poder defenderme y no depender de nadie, yo mismo soy mi jefe", comentó el señor.

También dijo que él no espera encontrar un trabajo fijo ya que no pretende quitarle esa plaza a una persona joven, que es la que la debe ocupar.

Bonilla expresó que para estos días el negocio de la fotografía no genera muchas ganancias, pero cuando se acercan las fiestas patrias, navidad, graduaciones escolares y fiestas de fin de año, la situación cambia favorablemente.

Bonilla toma fotos por el módico costo de 2 a 3 balboas, pero aclaró que este precio varía si el cliente exige una mayor calidad. Finalmente, destacó que la fotografía le ha dado la oportunidad de obtener dinero y lo mucho o poco que gane, es orgullosamente de él.

HERRAMIENTAS
Santo Bonilla tiene cámaras modernas que han sido fruto de su esfuerzo. Por eso está muy orgulloso.