En la cocina, es un perfecto desengrasante, ya que es capaz de disolver la grasa cuando se mezcla con agua.

Al utilizarlo con un trapo un poco húmedo, es perfecto para restregar superficies sucias.

Es súper eficaz para combatir la placa bacteriana y el mal aliento.

Igualmente, se puede usar como desodorante en las axilas y en los pies; pero su uso, puede provocar cierta irritación para la piel sensible.

Si tiene cierta acidez, puede disolver en un vaso con agua tibia una cucharada de bicarbonato.