La especialista citó, entre las normativas, el Decreto 345 del 21 de mayo de 1971, el Código de Trabajo, Título 1, Artículo 283 en su Acápite 8 y el Decreto de Gabinete Nº 68 del 31 de marzo de 1970 y Ley Orgánica de la Caja de Seguro Social.

De acuerdo con Sanjur, de 0 a 65 decibeles (dB) es el nivel más tolerable de sonido; de 65 a 89 dB y de 90 a 129 dB se considera como un área de franco peligro; de 130 dB y más, ocasiona mucho dolor al oído humano.

También agregó que cuando los equipos de música en áreas residenciales ascienden a los 85 dB, es cuando se originan las quejas entre vecinos, que en muchos casos van a parar a las corregidurías.

Para controlar esta situación, la Alcaldía de Panamá elaboró el Decreto 395 del 1 de julio de 1992, por el cual se establecen disposiciones contra los sonidos innecesarios y se reglamenta el oficio de conductor del vehículo de transporte colectivo, selectivo o colegial.

DIAaDIA trató de conocer el número de quejas sobre ruidos innecesarios en las distintas corregidurías de la capital, pero voceros de la Alcaldía de Panamá manifestaron que no tenían ese registro.

También se pudo conocer que está vigente el Decreto Ejecutivo Nº 150 de 1971, que autoriza al Ministerio de Salud para fiscalizar, reglamentar y sancionar sobre ruidos molestos que producen las fábricas, industrias, talleres y establecimientos comerciales.

Especialistas panameños coincidieron en que tanto la sordera como la ceguera son progresivas e irreversibles, y cuando son detectadas, muchas veces, es demasiado tarde.

Aseguraron que es recomendable para el oído humano 30 decibeles, que es el ruido normal de una conversación.

IDENTIFIQUELOS
En los almacenes, es permitido 90 dB; en las discotecas, 100 dB; juguetes con sirena emiten hasta 90 dB.