Unos 50 niños y niñas son atendidos en la Fundación Niños Felices, ubicada en Aguas Blancas, en Penonomé. Un centro que a pesar de la falta de recursos económicos busca disminuir la desnutrición y deserción escolar en la región.
Maira Prado, presidenta de la Fundación, dijo que ellos llevan nueve años trabajando por los niños y niñas con discapacidad, porque creen que estos menores de edad también deben ser atendidos con delicadeza y sobre todo brindarles un ambiente adecuado para que puedan desempeñarse.
Aguas Blancas es una comunidad en donde los niveles de pobreza extrema afectan la nutrición de los niños con discapacidad, según Prado.
La Fundación ya cuenta con un terreno, pero necesitan recursos económicos para completar las instalaciones, ahora les preocupa el mal estado de la carretera, pues pronto llegarán las lluvias y los niños junto a sus padres no podrán tener acceso a las instalaciones, donde les enseñan a atenderlos y ser autosuficientes.
Yanit Pérez, voluntaria de la fundación, junto a otros 15 estudiantes de la Universidad Latina de Panamá manifestó que para ellos es importante este tipo de labores sociales, porque ayudan a niños que no tienen nada y pueden mejorar con un poco de cariño.
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