La educación inclusiva va viento en popa. Según la profesora Melva Pérez, coordinadora de Educación Inclusiva en las provincias centrales, este proyecto marcha positivamente, pese a las inquietudes de algunos docentes al tratar con estudiantes especiales, pero se han limado esas asperezas, pues los maestros han tenido esa disposición de enseñar y han hecho ciertas adecuaciones curriculares, permitiéndoles a estos estudiantes integrarse al resto de la población estudiantil. Comentó que las infraestructuras de las 65 escuelas a nivel nacional que participan en la educación inclusiva, no todas requieren de rampas, pero eso no indica que el proceso educativo anda mal. Otro de los ingredientes en este proceso ha sido la coordinación entre el IPHE y el MEDUC, señaló.
En tanto, la docente Melva Pérez dijo que los maestros regulares son clave importante, pero también lo es el apoyo de los padres de familia para que estos niños se sientan parte de la sociedad.
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