Con 41 años de experiencia por grandes empresas privadas y estatales, Silverio Tiela se ha convertido en un maestro por vocación. Su único interés es que los jóvenes aprendan a ganarse la vida, honradamente.
Este humilde ciudadano es soldador de profesión, dice él, graduado orgullosamente en el Artes y Oficios, y ahora en el taller de su casa ha formado a buenos ayudantes, que hoy forman parte de la masa obrera de la Autoridad del Canal de Panamá, según comentó.
No les cobra, simplemente los jóvenes tienen que llevar su materia prima para trabajar, aunque en ocasiones él se las proporciona.
"Cuando ellos salen de aquí, pueden estar confiados en que pueden pasar una prueba de soldadura industrial y que su salario pueda ser por lo menos de B/. 4.00 la hora, porque tengo la capacidad para prepararlos en esa área", dijo.
"Antes había soldado, pero no sabía tanto ni las cosas me quedaban tan bien como ahora", dijo Gustavo Barranco, uno de los estudiantes.
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