Y es que desde hace meses, venía teniendo problemas con la joven que sólo sabía meterla en bochinches, indisponerla, y hasta tratarla mal. Tampoco cooperaba con su labor, a pesar de que la había ayudado tantas veces. Pero ¿qué será? Mi amiga no entendía la razón, si se trataba de problemas personales, en su casa o directamente con ella; lo cierto era que la situación se hacía peor. Ella no sabía si hablar directamente con ella o con la jefa, aunque no le agradaba mucho ninguna de las dos opciones porque la joven era "inacercable" y no quería transmitirle problemas a su jefe.

Ella contó que más que rabia era como un dolor debido a que esa misma "compañera" fue quien llegó un día a su oficina sin saber nada y a ella dedicó minutos, todas las tardes, para enseñarle el trabajo, y de repente, al pasar los meses, esa misma compañera "sacó las garras".

Sin seguir entendiendo el porqué, a pesar de las rabias, la satisfacción de mi amiga era que aunque su "compañera" le tratara mal, ella hacía todo lo contrario, de repente no con altos cariños, pero no le quita ningún "buenas tardes, o algún gracias, cuando por fuerza mayor (el jefe), una tenga que hacerle un favor a otra. Mi amiga confesó que ha sobrevivido ignorándola y así las cosas han disminuido, ahora se siente mejor y hasta se ríe.

Y es que esta es lección, en el mundo siempre nos encontraremos a personas que a primera vista parecen ser una cosa, pero después resultan ser una decepción. Siempre hay que tratar de mostrar la mejor cara para que esa misma persona aprenda algo de uno, algún día cambiará, y aparte de ser educado, se siente mejor ver que se trata de hacer las cosas bien, aunque la otra persona siga hablando mal. La satisfacción es que no se es parte de ese juego y se vive con tranquilidad.