En Perejil, corregimiento de Calidonia, por donde está el antiguo Millón, hay una alcantarilla que no deja de botar aguas negras. Simplemente está tapada. Esto hace que los transeúntes tengan que jugárselas para que los carros no los salpiquen con agua sucia. No tienen otra elección.
Pero si da otra miradita, se dará cuenta de que la señal de tránsito de la esquina está caída. Como no está, los conductores no la respetan. La comunidad de Perejil y los cientos de personas que laboran por el área piden mayor seguridad. En las tardes es cuna de ladrones. Solicitan a las autoridades que dirijan su mirada hacia Calidonia.
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