"Me da pena, pero es la verdad", dice la señora Juana Pimentel cuando se refiere a todas las necesidades que hay en su hogar, ubicado en la comunidad Los Helechales de Las Minas, en la provincia de Herrera.
TIENEN ESPERANZA
La familia González Pimentel espera que una mano amiga les ayude a que su casa no se les venga abajo. La humilde morada es de barro y madera. Debido al deterioro se le han agregado unas hojas de zinc oxidado, pero éstas no sirven de abrigo para cuando caen las fuertes lluvias.
SE LAS INGENIA
El esposo de Juana no tiene trabajo fijo y tiene que ausentarse del hogar en busca de unos pocos reales para que sus cuatro hijos coman.
Sus trabajos son eventuales, ya sea limpiando monte, empacando melones o haciendo algo en lo que pueda ganar dinero. Por esta razón, la opción de reconstruir la casa es nula. "Es imposible hacer la casa, porque el dinero que gana el esposo se va todo cuando viene", expresó la señora.
Y es que las palabras sobran ante lo evidente. "Da miedo cuando llueve, sólo estamos esperando que se caiga", expresó.
EL QUE ESTUDIA, COME
Por si fuera poco, la comida escasea. Afortunadamente, los niños que están en 4.º, 6.º, 8.º grado y cuarto año, reciben algo de merienda en la escuela. Para llegar al plantel, los dos más pequeños tienen que caminar una hora desde su casa; el que está en segundo año viaja hasta Las Minas y el más grande se hospeda en casa de una tía en Chitré.
Ellos, conscientes de las necesidades de la casa, crían pollitos para ver si más adelante pueden venderlos.
AYUDA URGENTE
Una solución de vivienda necesita la familia González Pimentel, residente en Los Helechales de Herrera.
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