Bendición del cielo. Sentada en una silla vieja en la entrada de su humilde casa, Luz Valencia esperaba ansiosa la llegada de DIAaDIA, que le había anunciado que iría a su hogar con algunos alimentos para sus nietos.
Al llegar al lugar, ella, de un impulso se levantó de su silla y salió a ver los cartuchos que llegaron gracias a la donación de una lectora anónima y rápidamente nos abrió, mientras repetía "Dios Bendito, has escuchado mis oraciones".
Esta señora expresó que el día de ayer jamás lo olvidará, pues había levantado muy temprano a sus nietos para ir al centro de salud y solo tenía un dólar en el bolsillo. Con ese dinero solo les pudo ofrecer de desayuno un pedazo de pan y té, pensando que no había nada para cenar hasta que recibió la noticia de la llegada de este medio.
Ante la llegada de DIAaDIA, esta abuela trató de mantener a los pequeños despiertos, pero el hambre y el cansancio los dominó y ella prefirió dejarlos así.
Mientras Luz sacaba cada alimento, uno de ellos abrió los ojos y dijo: "paquetes", pero se volvió a dormir, a lo que su abuela explicó que siempre que ellos escuchan un cartucho piensan que es comida.
El agradecimiento se hizo notar en su rostro y dio la bendición a DIAaDIA; también prometió rezar siempre por el periódico.
LABOR
Ella tiene tres años de estar criando a cuatro nietos, de los cuales los más pequeños padecen de VIH/Sida.
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