Amor por los niños y dolor por los muertos. Esos son los sentimientos encontrados de Alberto Iván Vergara, de 52 años. Este amor es porque su esposa y él no han podido tener hijos propios.
Pero esto no ha impedido que él disfrute de la paternidad, porque -junto a su esposa- está criando cuatro niños, para que sean personas de bien, y es un ejemplo del popular dicho "Padre no es el que engendra, sino el que cría".
Paradójicamente, también experimenta el dolor por los muertos, porque se gana la vida como enterrador.
TRAYECTORIA ARTISTICA
Alberto tiene años de ser animador de fiestas infantiles (payaso). Contó que un buen día llegó a su casa y, al entrar, se encontró una revista abierta en la mesa; allí pudo observar un payaso y enseguida le manifestó a su madre que eso era lo quería hacer. Desde ese momento, se inició su vida artística.
Es conocido en el mundo artístico como el Payaso Copetín, y desempeña este oficio hace ya 20 años. Alberto le dijo a DIAaDIA que nunca cambiaría esos momentos en los que esas caras de ángel sonríen al verlo.
Pero aunque le gusta hacer reír, actualmente trabaja en el Cementerio Municipal de Utivé (Pacora) como enterrador, y se siente cansado y angustiado, porque siente que estar en un lugar tan triste impide que dé el 100% como payaso.
Su sueño es que el alcalde capitalino, Juan Carlos Navarro, lo traslade al Departamento de Trabajo Social de la institución, para trabajar como payaso en todas las actividades con los niños, dándoles alegría.
La distancia no le importa
En la época navideña, le lleva alegría, con muchos cantos y bailes, a todos esos niños de las regiones apartadas del país. Los niños en los hospitales no se escapan de este personaje, que siempre los visita, y acompaña a grupos de médicos en sus giras a las comunidades.
ANTES DE MORIR
Quiere que el 10 de diciembre sea nombrado el Día Nacional del Animador Infantil.
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