Mayella, hermosamente vestida con un diseño único de Helene Breebaart, recibía a cada uno de sus invitados, mientras que Miguel Antonio, elegantísimo, atendía a los ya presentes. Inmediatamente llegabas al piso 22 de un exclusivo edificio frente al mar, se podía medir no sólo la alegría de los invitados, sino el amor que proyectaban los esposos.

Ya en el apartamento elegantemente decorado, los presentes degustaron de toda clase de bebidas que era desde finos vinos hasta el burbujeante champán, con la que ambos agradecieron a los presentes el estar con ellos en ese momento tan especial.

La mesa, impecablemente decorada por Breebaart, era el preámbulo de un completo bufé de 18 diferentes platos preparados por el chef del ‘jet set’ panameño, Charlie Collins, quien no escatimó para satisfacer todos los gustos y paladares de los presentes. Un pastel de bodas de ensueño y una mesa de variados postres ‘gourmet’ cerraban el bufé.

“Yo dejé toda la decoración de la mesa en manos expertas como las de Helene, y le dije a Charlie que preparara el bufé”, dijo Mayella, mientras que los invitados no dejaban de alabar la delicadeza de la decoración y lo exquisito de cada plato. “Estamos muy contentos por la presencia de todos ustedes, que son personas muy especiales para nosotros”, dijo Miguel Antonio. Lo que podemos decirle a esta pareja es ¡felicidades!.