Es mejor prevenir que lamentar. Quizás este refrán es utilizado por los pepenadores que están en Cerro Patacón, pues tan pronto llegan los carros con basura, corren hacia ellos para buscar algo que les pueda servir. Sin embargo, el único lugar al que la mayoría no se atreve a llegar es donde entierran los desechos hospitalarios.
"Pablo" es una de las tantas personas que habita en el basurero. Él contó que los desechos de los hospitales no tienen un horario de llegada, pero cuando lo hacen, las personas deben alejarse "por su seguridad".
Cada vez que llega el camión, el proceso es el mismo. Se acerca la retroexcavadora, abre un hueco y poco a poco van echando las bolsas color rojo, que luego son sepultadas.
"Nosotros no vamos a ese lugar porque de allí no se puede sacar nada. Además, nos podemos enfermar", expresó.
Aclaró que como siempre hay quienes rompen las reglas e intentan buscar algo, pero al final no les sirve.
A pesar de que el solo hecho de estar en el vertedero conlleva el contagio de infecciones, Pablo es consciente de que la basura de los hospitales "es bien peligrosa".
"Por lo menos la entierran", pues asegura que antes la disposición final no era la correcta.
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