Tranquilo.
Irving Saladino comenzó la temporada 2009 con una cómoda victoria en el Gran Prix Hengelo (FBK-Games), celebrado ayer en Holanda.
El panameño saltó 8.56 metros, lo que le alcanzó para vencer al ex campeón del mundo y medallista olímpico, el estadounidense Dwight Phillips, quien hizo 8.54 y al francés Salim Sdiri (8.23).
Mientras que el otro panameño, Jamal Bowen, tuvo una digna actuación al quedar en el séptimo lugar de nueve competidores, aunque no fue seguido por los lentes fotográficos que allí estaban y no tuvo mucho protagonismo. Su mejor distancia fue de 7.82 metros.
Este evento de salto de longitud en Holanda fue un duelo de atletas olímpicos, pero que representan épocas dispares: uno es el pasado (por muchos gritos que dé) y el otro es el presente, que demuestra que está vigente (la edad lo respalda) y que quiere seguir siendo el referente dentro de esta modalidad.
Es cierto que Saladino, en un inmejorable estado de forma, no hizo un salto que despertara suspiros ni siquiera superó lo hecho el año pasado (8.73 metros, récord de la competencia), no obstante, es el mejor brinco de la temporada y sirvió para que el panameño demostrara que él se adapta a sus rivales: si son buenos, yo soy mejor, pensará Irving, por eso nunca tuvo miedo a ser superado...
Y es que al panameño siempre le quedará el último salto con el cual pondrá a sus competidores en el lugar que les corresponde, eso lo experimentó el italiano Andrew Howe en el mundial de Osaka en el 2007 y Phillips, ayer.
Esta debe ser la explicación más cercana al porqué el salto no nos hizo delirar y por qué no se ha quebrado el récord del estadounidense Mike Powell (8.95 metros), hasta ahora el techo del salto de longitud.
CURIOSIDAD
Un detalle atípico, y es que Saladino fue asesorado por dos entrenadores: Nélio Moura, con quien trabaja en Brasil, y Florencio Aguilar, su mentor en Panamá.
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