¡Así le decía Martín a la Caja, que no privatizaba! Éste es uno de los tantos nuevos ritmos que han compuesto los miles de manifestantes que todos los días escenifican cierres de calles en protesta a la Ley 17 de la CSS.
Desde tamboritos, salomas y hasta cantos que pareciera que nos trasladáramos a los famosos carnavales de la Península de Azuero, miembros de AECSS y ANADETRAM practican de lunes a viernes, de 12 m.d. a 1: 00 p.m., revolucionando la vía Transístmica, contagiando tanto a familiares de los pacientes como a los propios periodistas que llegan en busca de la noticia del día.
Enfermeras, asistentes, doctores, trabajadores manuales y hasta familiares de estas personas se arman de platillos, cajas, churucas, megáfonos y campanas, formando una verdadera murga, donde las letras de las famosas tunas cambian únicamente para "tirarle puya" al Gobierno por aprobar las famosas reformas de la muerte.
Hasta los niños bailan con este contagioso ritmo, que además de divertir, ayuda a aliviar el amargo trago de la preocupación por esta situación que desde hace mucho tiempo es el único tema entre los panameños.
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