No se notó una mayoría de padres disgustados por esta decisión de los docentes en huelga; más bien, se abstuvieron de enviar a sus hijos, aun cuando hubo unos cuantos que sí insistieron en que sus niños fueran a la escuela.

FUE LA POLICIA
Lo que hace unas semanas era una "invasión" de policías en los barrios capitalinos y en las cabeceras de provincia, se ha convertido en un completo desierto. Ya no se ve a los uniformados en pandillas como antes, y menos en fines de semana. Se ve que la tensión ha bajado, y la comunidad se siente insegura.