Aun así, los quiere. Lorenzo Castillo, de 81 años, un anciano ciego y lisiado de ambas piernas, ha sido olvidado por sus familiares. A pesar de eso, señala que si pudiera, fuese a visitarlos.
El Día del Padre no fue visitado por su hija, sobrinos, hijastros y nietos. Son seis años de no verlos. Los extraña, mas no está triste, los recuerda con alegría, y tiene la esperanza de algún día tenerlos frente a sus ojos.
Por fortuna, tiene compañía en el Hogar Santa Luisa, en Puerto Pilón, Colón, donde le han brindado un albergue para que viva en paz. Antes de enfermarse, trabajaba en los campos de Coclé del Norte, en las montañas de Colón, donde ahora viven sus familiares.
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