Esto es entre nosotros, los padres y madres de adolescentes.
Le tocó a mi hija, de 14 años, asistir a su primer quinceaño sola. Ya había ido a algunos otros, pero con toda la familia. Esta vez, la tarjeta decía: "hemos reservado para usted 1 puesto". Eso me asustó.
En primer lugar, quería que se viera bonita, pero recatada. Me encargué personalmente de eso.
En segundo lugar, tenía que advertirle cómo debía comportarse. Que si no tomes una gota de licor, que si te mueves del puesto para bailar o ir al baño, no tomes de la soda que tenías en el vaso (por aquello de que pueden echarle algo a la bebida); que si debes estar pendiente del celular por si te llamo; que si nada de relajos fuera de lugar, y un largo etcétera.
Y aquí viene lo bueno. En tercer lugar, debía regresar a casa temprano, antes de las 11:30 de la noche. ¡Como si eso fuera posible en estos días!
Resulta que la tarjeta siempre dice que la fiesta empieza a las 8:00 de la noche, como debe ser. Pero lo cierto es que siempre comienza a las 11:00 de la noche.
Bueno, llamé a mi hija a las 10:30 p.m. ¿Respuesta? "¡Pero mamá, si todavía es muy temprano. Ni siquiera hemos comido"!
"Está bien, un rato más", le contesté.
Mientras tanto, trataba de dormir un poco. En realidad, dormitaba, pendiente del reloj. Así, me desperté de mi letargo a las 12:00 de la noche.
¡Dios mío, las 12:00! La llamé una y otra vez. No contestaba el celular. El corazón se me quería salir. De repente, ella llamó: "Mamá, todavía no, por favor, si ahora es que se está poniendo buena la fiesta. Estoy bailando y 'tamos bien pretty", por favor, por favor, por favor...!
Para no cansarles, desperté a mi esposo para que me acompañara a buscarla. Llegué a las 12:30, pero mi hija estaba bailando y así, en el carro, recordé a mi suegra. "Ya la veré dentro de unos años, con una hojalda a media madrugada y a Rigo (mi esposo) con un tabaco, cabeceando, mientras esperan a que la niña baile".
Ni más ni menos, así fue. A la 1:00 de la mañana salió, radiante, con un cisne en una mano y los zapatos y dos globos en la otra. Sentí un tremendo alivio. ¿Les parece conocido?
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