Inspirado en su mayor tesoro. Para poder amar el arte de la pintura se tiene que nacer con este don, de lo contrario, no se visualizan los elementos complementarios de la pintura. Así piensa Carlos Velásquez, un experimentado pintor.
Desde muy pequeño descubrió su pasión por la pintura, cuando estaba en la escuela; por cada calificación buena que obtuviera, sus hermanas lo premiaban, pero sus galardones eran distintos de cualquier otro.
En 1991, Carlos experimentó la sensación de dibujar. Su inspiración eran los paisajes y el diario vivir. La mejor gratificación que recibía de su familia eran materiales como acuarela, masilla, plastilina, crayones y hojas de dibujo.
INSPIRADO
Él se ha dedicado a la pintura durante muchos años, pero al cuadro que más empeño le puso, fue al retrato de su hija. Cuando la pintó por primera vez, su pequeña tenía un año, . Ya han pasado cinco y esa ha sido hasta la fecha su mayor inspiración, pues aunque esté lejos de él (en Chitré), siempre la lleva en su mente y en el corazón.
Su técnica está basada en el óleo, y el tiempo estipulado para terminar sus exposiciones depende del diseño de sus dibujos, algunos sólo demoran dos días. Lo que más llamó la atención de Carlos y se fijó como un reto a cumplir, fue la pintura de la figura humana que superó con mucho esfuerzo.
Su nueva especialización es la pintura sobre fondo negro, en la que utiliza pequeños detalles como espejos, lentejuelas y escarchas.
Su mayor anhelo es reunirse con su hija para que siga siendo su principal inspiración en la vida.
PROFESIONAL
Actualmente Carlos está terminando sus estudios en Artes Visuales con especialización en Pintura.
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