Jaime Salas, inspector municipal, explicó que al trabajar en terrenos arcillosos, hay que hacer taludes de tierra y apuntalar el terreno. Esta técnica consiste en asegurar el lugar donde se trabaja con tablones para que los obreros puedan estar seguros a la hora de un deslizamiento.

Salas no ve la necesidad de introducir personal humano en las excavaciones, pues todas las obras de construcción tienen maquinarias hidráulicas apropiadas que pueden hacer el trabajo sin exponer la vida de los obreros. Luego que se tienen los taludes, es el momento indicado para incluir a los trabajadores, explicó.

Para Salas, los informes técnicos preliminares dejan claro que la responsabilidad recae en la figura del ingeniero residente, tanto como de la constructora, por no cumplir con las medidas mencionadas.

"No se puede seguir permitiendo la mala práctica de la ingeniería". Un ingeniero civil no está capacitado para realizar trabajos de seguridad, destacó de forma enérgica. Precisó que el problema de las construcciones en Panamá es que el 60% está fuera de los gremios de la CAPAC y del SUNTRACS, y no hay mayor control.

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