SECCIONES
DE INTERES


 
enviar por email versión para imprimir
  OPINION
AQUI ENTRE NOS
Aquella prostituta

Elizabeth M. de Yao | DIAaDIA

El mercado público estaba en su punto de ebullición. Cientos de personas deambulaban entre los puestos de venta dentro del local, mientras que los alrededores eran como un submundo, donde la gente caminaba, bien a paso lento, bien a paso rápido; pero siempre ajena a la vida del que pasaba al lado, mientras los cuacos y los gallinazos se peleaban la abundante morrina del día.

En ese escenario la vi. Venía caminando con una toalla mugrienta sobre los hombros, como si ese pedazo de tela inmunda pudiese protegerla del dolor que reflejaba su rostro, después de una vida de desventuras. Se dirigía a buscar comida en un comedor para indigentes.

Yo la observaba, buscando un tema para un reportaje. Me le acerqué. Era una prostituta del área del mercado, que repartía su cuerpo ya con premio. No se trataba de una barriga, ¡no!, tenía SIDA. Sin el más mínimo asomo de pudor, más bien con una expresión ingenua, como de niña bonita -que aún lo era-cogida en falta, me explicó que seguía vendiendo su cuerpo, porque desde joven se vino a la ciudad y lo que ganaba como prostituta, se lo mandaba a su familia para que construyera una casita. Ahora que ya tenían la casa, no la querían a ella.

Le pregunté si le decía a los hombres con los que se acostaba que usaran condón, dijo que no, porque a sus clientes no les gustaba, y si no les permitía copular con ella, lo harían con "aquélla que también tiene SIDA". Para que se gane la plata aquélla, mejor que se la ganara ella, era su filosofía. Parecía estar ya en los 40 años, pero sólo tenía 23. Nunca olvidaré su cuerpo lleno de ronchas y su toalla... Dios, olía a pus vieja. Pero sonreía con esa chispa de inocencia, ajena ya a este mundo. Al despedirme sólo pensé: Dios, ayúdame a cuidar a mi hija. Y eso es todo lo que podemos hacer las madres para que no haya otra prostituta con su corolario de dolor a cuestas.

   
 
ADEMAS EN ESTA SECCION...
Basta del olvido
La Frase
Aquella prostituta
¿Qué piensa usted de la poca importancia que se le da al folclor en Panamá?
Ciudad de Panamá 
Copyright © 1995-2006 DIAaDIA-EPASA. Todos los Derechos Reservados