Ramiro Sánchez Gálvez partió de forma violenta a una corta edad, pero dejó tantas huellas de amor y altruismo, que a un año de su muerte sus amigos, compañeros y familiares lo recuerdan con hondo pesar.
La muerte de este joven ocurrió el 8 de agosto del 2008 mientras dormía en su residencia, ubicada en el Residencial Jardines de Mastranto en La Chorrera, en donde dos criminales que irrumpieron en la casa de los Sánchez Gálvez se robaron la felicidad de este hogar.
Su tío y padrino, Francisco De La Cruz, recuerda el esmero que puso Ramiro para ingresar a la Universidad Tecnológica, para lo que logró una calificación de 1,200 puntos y pasó el primer semestre con excelentes calificaciones, a pesar de ser un Bachiller en Comercio.
Como parte del acto en conmemoración al primer aniversario de "Ramirito", como cariñosamente le llamaban, el Cuerpo de Delegados de la Banda de Música del Colegio Moisés Castillo Ocaña (MOC) entregó a sus padres una placa y medalla de su gira a Guatemala, en donde se coronaron campeones, pero él no pudo estar. Además, un trofeo como el "Músico del Año" del MCO.
¿Por qué un chico tan joven, bueno, honesto y transparente, el Señor tenga que llevárselo?, se preguntaba Felipe De La Cruz, representante de los vecinos de Ramirito, a la vez que se responde: "Es que en cielo lo que hay son cosas buenas ". También autoridades del distrito participaron en el acto de recordación.
Sin embargo, el discurso más corto, pero más emotivo sin lugar a dudas fue el de su padre Ramiro Sánchez De La Cruz, quien con sus heridas aún abiertas, solo alcanzó a agradecer el acto y decir: "Me duele mucho y lloro porque lo extraño y lo quiero mucho, muchas gracias".
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