Una despedida llena de sentimientos fue lo que se vivió en el funeral de Ramiro Antonio Sánchez Gálvez, de 18 años, a quien el padre Dulcidio Rodríguez llamó héroe porque murió en defensa de sus padres.
En la iglesia Inmaculada Concepción, por tres horas, le rindieron homenaje póstumo. El
padre Dulicidio pidió que los asesinos que le robaron la felicidad a esta familia no tengan paz y que el sentimiento de remordimiento habite en sus corazones.
"Adiós, mi campeón", repetía incansablemente su papá Ramiro Sánchez.
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