Seis piscinas y un trampolín eran la diversión de más de 100 niños entre 4 y 12 años de edad, que efectuaban juegos bajo el aguacero.

Ángel Guerrero, representante del Comité por un Curundú Mejor, dijo que el propósito era alejar a los menores de malas acciones y que pudieran divertirse en un lugar en donde están cuidados por más de 10 personas.

Esta actividad se realizó en donde el 21 de marzo del 2007 ocurrió un incendio, en el que murieron dos niñas. Allí, ahora solo hay escombros y herbazales.

Al menos los residentes esperan que se cumplan las promesas del Gobierno de crear un parque en el sector. En tanto, Arturo Castillo, morador del área, dijo que "muchas veces las personas intentan limpiar los escombros, pero es demasiada basura y se necesita un carro recolector para que vengan a buscarla".