Misión cumplida. El árbitro panameño Roberto Moreno se fajó ayer, y le tapó la boca a los que no creían en él. México venció ayer a Estados Unidos 2-1 por las eliminatorias mundialistas de Concacaf; sin embargo, el "Tri" no fue el único ganador en el Estadio Azteca.
Ayer, Moreno dio muestra de la personalidad que deben tener los árbitros cuando pitan un clásico o un partido importante, ya que no se dejó impresionar por el Coloso de Santa Úrsula, pues estuvo en todas las jugadas, las siguió de cerca, su condición física fue excelente por lo que tuvo una actuación de 9.
Vale la pena destacar que a Moreno le colaboró la actitud de los jugadores, quienes desempeñaron sus respectivos papeles dentro del engramado, antes de darse patadas; salvo alguna acción de Nery Castillo, más dado a provocar gresca que a anotar goles, acción para la que es convocado por México.
Las tarjetas amarillas mostradas por el panameño fueron justas, aunque le perdonó una que otra a los mexicanos Castillo y Andrés Guardado; Moreno siempre estuvo a pocos metros del balón, lo que le permitió tener una mejor visión para sancionar las acciones.
La forma como corrió la cancha fue inteligente, siempre buscó tener una visión panorámica, no influyó en el marcador y la grada no fue un problema para el panameño, ya que Charles Davis se encargó de silenciarla con un gol válido, ya que fue habilitado por Carlos Salcido.
Mientras que Israel Castro hizo que la hinchada azteca recuperara el aliento con el empate, y posteriormente Miguel Sabah fue el artífice de una victoria balsámica de México sobre Estados Unidos, en la que también ganó Roberto Moreno.
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Los comentaristas de ESPN hablaron bien del panameño y, en general, los mexicanos respetaron su trabajo.
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