No en vano decimos que "Dios proveerá", porque cuando en reiteradas ocasiones nos sentimos en aprietos, al encomendarnos a Él nunca nos abandona. Los feligreses y cientos de niños que acuden al Templo Santa Cruz, en Vacamonte de Arraiján, diariamente se encomiendan a Dios y con todas sus fuerzas suplican muy fuerte.
El hacinamiento por falta de espacio para impartir las clases de catequesis a los pequeños que residen en el lugar, es uno de los principales problemas que enfrenta la parroquia, que por la excesiva demanda de residentes en las comunidades aledañas, se ha quedado chica, pero no obsoleta.
El reverendo Jesús María Rodríguez es el encargado del templo, y con gran tristeza explicó a DIAaDIA que el problema radica en que desde hace algún tiempo, por falta de recursos económicos, tuvieron que paralizar la construcción de seis pequeñas aulas, que remediarían en algo el hacinamiento de los niños, amortiguando un poco el agobiante calor que reina en el lugar.
Aunado a esto, los pisos se encuentran sin pulir, las paredes sin repellar y hasta tómbolas y rifas han tenido que realizar para por lo menos comprar varios abanicos que son utilizados por los pequeños en sus horas de clases. Sólo un salón tiene linóleo, gracias a los padres de familia. Según los feligreses, este inconveniente surge porque a la parroquia se le negó el permiso para impartir las clases en la Escuela Residencial Vacamonte, ya que la directora del plantel sustentó que los lunes, al iniciar la semana de clases, encontraban las aulas sucias.
OTRO MAS...
Como si no bastara, el templo también tiene el problema de que las personas tiran basura en la entrada.
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