Vivió la tragedia. Hace ocho años, el 11 de septiembre del 2001, Jairo Molina estaba en San Antonio, Texas, en la base militar de Lacklan, recibiendo un seminario.
La clase había empezado a las 7:00 a.m. y el primer receso fue alrededor de las 8:15 a.m. El salón estaba repleto de extranjeros y estadounidenses, siendo el único panameño en la clase. Todos se aglutinaron en la cafetería para ver la televisión. "Qué película es esa", dijo Molina al ver como la pantalla mostraba uno de los edificios más históricos de Estados Unidos echando humo, pero la escena fue más impactante cuando en plena transmisión el segundo avión atacó la segunda torre.
Molina manifestó que inmediatamente se sintió la incredulidad en el ambiente. "Nadie podía creer lo que estaba pasando", dijo el señor, quien afirmó que tuvo temor por lo que le pudiera pasar luego de que uno de los norteamericanos dijera: "estamos en guerra".
Molina reveló que es un momento que nunca olvidará, ya que le causó mucha tristeza.
UNA MARCA IMBORRABLE
La psicóloga Geraldine Emilliani explicó que esta tragedia humana es un evento que quedará en la mente de todos para siempre, debido a su magnitud. Detalló que las personas que estuvieron presentes en el incidente vivirán en un estrés post traumático, porque piensan que les puede volver a suceder.
FALLECIDOS
Unas 3 mil personas perdieron la vida en los atentados del 11 de septiembre del 2001.
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