La cubana, al parecer, se queja al estilo de la famosa poesía que recitábamos cuando éramos niños porque se la pasa diciendo, que los zapatitos le aprietan y las medias le dan calor, afirma que los trajes no le entallan como quisiera porque le quedan grandes.

Aunque esa queja es aceptable, la parte que dejó a varios desconcertados es que ahora está pidiendo que le paguen semanalmente y no quincenal como al resto. ¡Horror!

Según el runrún, la vedette se encerró todo el jueves pasado en su habitación del hotel negándose a ir a ensayar y exigiendo que hasta que no se le cumplan sus condiciones no saldría del cuarto. ¡Qué barbaridad!