Primero el término discapacitado está vetado. Es una falta de respeto al ser humano. El término correcto para dirigirse a este sector de la población es persona con discapacidad, o mejor aún, persona con capacidades diferentes. En nuestro caso la palabra fundamental es "atleta".

Son atletas, deportistas, son igual que cada uno de nosotros. Estoy seguro que más de uno no tiene la resistencia física de nuestros atletas especiales.

El deporte en su máxima dice: es una actividad física reglamentada. Sea cual sea su capacidad, esto no importa. La diferencia fundamental entre deporte adaptado es que va dirigido a personas no videntes, sordos, que tienen la ausencia de alguna extremidad, en cambio el caso de las Olimpiadas Especiales va a las personas con discapacidad psíquica, con el objetivo de desarrollar la confianza en sí mismas y sus habilidades sociales mediante el entrenamiento y la competición deportiva. Muchos de ellos con Síndrome de Down.

Este tema del deporte adaptado es importante, porque en el mundo existe la responsabilidad social de darle espacio a quienes se merecen su lugar en la sociedad.

El Panamá de ayer no tenía ni estacionamientos para este sector poblacional. Hoy crecemos en muchas cosas, pero también debemos aprender a entender que una palabra mal utilizada puede ofender no sólo al atleta, sino a todos los que le rodean.

¿Saben ustedes el sacrificio y esfuerzo que significa esto? Conozco personas que sí. Y para todas ellas que día tras día comparten el hogar con una persona con capacidades diferentes, creo que debemos darle su respeto, lugar y apoyo. Ese esfuerzo no tiene precio. Debemos valorarlo.