Durante un recorrido por el área, encontramos hasta cinco hombres al mismo tiempo tirados, algunos, acostados sobre cartones para no ensuciarse; otros con sus camisas en la mano.

La mayoría de ellos, posiblemente, acababa de salir de la cantina que se encuentra al final de esa calle. Según los vecinos, no son personas problemáticas, pero el hecho de que estén bajo el efecto del alcohol y tirados en la vía, además de dar mal aspecto al lugar, son un mal ejemplo para la gran cantidad de niños que viven por allí.

La señora Maritza, quien se dedica a vender cigarrillos en una esquina de esa calle, explicó que se trata de personas que por distintos problemas han quedado sin hogar, y nadie ha querido hacerse cargo de ellas, por lo que han encontrado un hogar en la calle.