Uno de los elementos decorativos más comunes de todas las casas son las velas. Éstas, con el tiempo, pierden su aspecto original hasta parecer viejas e inservibles.
Sin embargo, con unos cuidados especiales a la hora de la limpieza, se consigue alargar su vida útil, puesto que vuelven a parecer nuevos. A continuación, algunos consejos:
La acumulación del polvo hace que las velas se vuelvan mates y apagadas. Para que recuperen su color y brillo original, introdúzcalas en agua fría jabonosa (hay que poner atención, porque si el agua está caliente podría derretirlas), enjuáguelas con agua fría y después, séquelas con un paño fino. Para que brillen como nuevas, pase con cuidado por toda su superficie un pincel suave mojado en alcohol.
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