El fuego los dejó sin nada, pero dan gracias a Dios por la vida. Así lo expresó Avelino Cortés, quien estaba dormido cuando misteriosamente se incendió el caserón 1431, ubicado entre la calle Veraguas y Avenida B, pasada la medianoche de ayer. Allí vivió por once años junto a su padre y su hija de 13 años, y ahora quedaron damnificados. En otros cuartos vivían cinco hombres solteros, pero estos decidieron mudarse luego del siniestro.
Todos los inquilinos coinciden en que este incendio fue provocado por el propietario del inmueble.
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